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El producto ¿No funciona?

Es comíºn escuchar frases como "ese producto no sirve" o "no limpia como deberí­a". Sin embargo, aunque en ese momento nuestro primer instinto es enojarnos con el producto, la realidad es que muchas veces no se trata de una falla en el producto, sino de un conjunto de factores que pueden influir en el resultado final: procesos incorrectos, tiempos insuficientes, desconocimiento técnico o incluso el uso de productos inadecuados para determinadas superficies o necesidades.


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El producto ¿No funciona?

Es comíºn escuchar frases como "ese producto no sirve" o "no limpia como deberí­a". Sin embargo, aunque en ese momento nuestro primer instinto es enojarnos con el producto, la realidad es que muchas veces no se trata de una falla en el producto, sino de un conjunto de factores que pueden influir en el resultado final: procesos incorrectos, tiempos insuficientes, desconocimiento técnico o incluso el uso de productos inadecuados para determinadas superficies o necesidades.


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Cada producto tiene instrucciones específicas de uso: diluciones correctas, técnicas de aplicación y tiempos de acción. Cuando falla ¿Cuáles pueden ser los factores a evaluar?


El tiempo de contacto: Un error común es creer que más cantidad de producto sustituye el tiempo necesario para que actúe. Productos como desinfectantes necesitan respetar el tiempo de contacto especificado para eliminar microorganismos. Un desinfectante puede necesitar 5 minutos en una superficie para actuar al 100%, pero si se retira antes, su eficacia cae drásticamente.


La temperatura del agua: El agua caliente mejora la disolución de grasas y potencia ciertos detergentes, pero puede descomponer otros productos químicos. Algunas superficies sensibles, como los plásticos, pueden deformarse o dañarse con temperaturas altas.


Técnicas de fregado y presión: Para suciedades difíciles, entender la relación entre presión, abrasividad de los materiales (como cepillos o esponjas), y el tipo de superficie puede marcar la diferencia. Las superficies microtexturadas también pueden parecer limpias a simple vista, pero retienen microorganismos. Usar productos específicos mejora la desinfección profunda en estos casos.


Condiciones de la superficie


Una superficie que no ha sido pre-lavada o que presenta una acumulación de residuos puede impedir que el producto actúe correctamente. La preparación previa puede marcar la diferencia entre un trabajo efectivo y uno ineficaz.


El rol del pH: Usar productos con un pH inadecuado puede no solo ser ineficaz, sino también dañar las superficies. El pH de un producto define su eficacia frente a diferentes tipos de suciedad:



  • Productos alcalinos (pH > 7) son ideales para grasas y aceites.

  • Ácidos (pH < 7) funcionan mejor en depósitos minerales como cal o óxido.

  • Neutros (pH = 7) útiles en superficies más delicadas.


Uso de productos inadecuados


No todos los productos son universales. Una solución alcalina puede ser ideal para grasa, pero inútil en depósitos de cal, donde se necesita un ácido. Elegir el producto adecuado para cada tarea es crucial para obtener buenos resultados.


Un producto multiuso puede no ser suficiente para superficies de alto contacto (mesadas en la industria alimenticia, por ejemplo), donde se necesitan químicos especializados para eliminar proteínas y grasas de origen orgánico.


Hay factores externos como agua dura que pueden alterar la acción del producto y nos obligan a elegir opciones más específicas. Hasta un 30% de la eficacia de un producto puede perderse si no se ajusta a la calidad del agua. En regiones con agua dura (alto contenido de minerales), el rendimiento de algunos detergentes o desinfectantes se ve reducido. Usar un descalcificador o productos diseñados para estas condiciones optimiza los resultados.


Conocimiento insuficiente


La limpieza profesional requiere comprender principios básicos, como la diferencia entre limpieza, desinfección y esterilización, o cómo ciertos químicos reaccionan con diferentes tipos de superficies. Sin esta información, incluso el mejor producto puede parecer ineficaz.


La buena noticia es que muchos de estos problemas tienen solución a través de capacitaciones. Un equipo capacitado puede:



  • Entender las propiedades de cada producto y cómo aplicarlo correctamente.

  • Reconocer qué técnicas son más eficientes para cada tipo de suciedad o superficie.

  • Optimizar procesos, ahorrando tiempo y recursos sin comprometer la calidad.


Además, al implementar un sistema integral de limpieza y mantenimiento, se reduce el margen de error y se maximizan los resultados, lo que a largo plazo se traduce en mayor eficacia y ahorro.


En Dumar sabemos que la limpieza profesional no es solo técnica, sino también estrategia, y que conocer los detalles marca la diferencia entre un trabajo aceptable y uno excelente. Por eso ofrecemos capacitaciones gratuitas a todos nuestros clientes, para pensar a sus procesos de limpieza de forma integral y potenciar el uso y rendimiento de cada insumo.





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