Pruebas de eficacia
En entornos de limpieza profesional e industrial las pruebas de eficacia son procedimientos fundamentales para asegurarse que los productos y los procedimientos utilizados cumplan con los estándares de desinfección y limpieza que el rubro demanda. Estos estándares varían de industria a industria pero estas pruebas son críticas para determinar la seguridad e integridad operativa del establecimiento.

Las pruebas de eficacia verifican la idoneidad de los productos químicos, las herramientas y los procesos de limpieza para eliminar microorganismos, residuos químicos u otros contaminantes. Para realizarlas existen muchos métodos: se puede hacer una evaluación microbiológica de las superficies para ver el antes y después de la limpieza, se puede medir la actividad residual de los desinfectantes, la resistencia a la acción de los limpiadores.
En Dumar utilizamos otro tipo de verificación que es la verificación por ATP, un método que emplea bioluminiscencia para detectar el Adenosín trifosfato, un compuesto que contienen todos los organismos vivos, por tanto, podemos evaluar si aún existen microorganismos en esa superficie. Este método es efectivo y sobre todo tiene resultados inmediatos, ya que no requiere trabajos de laboratorio.
Las pruebas de eficacia deben atenerse a cumplir con las normativas vigentes de la industria a la que pertenecen y las establecidas por las autoridades regulatorias de su zona. Los resultados de estas pruebas además deben estar correctamente documentados y registrados.
Ahora, ¿Qué hacemos si vemos que nuestros procesos no están siendo efectivos? ¿Es el producto? ¿Es el proceso? ¿Es la herramienta?. Se puede experimentar con cada uno de los factores que intervienen en el proceso para descubrir dónde está la falencia. Si es el producto químico que no es adecuado para esa superficie, entonces podemos preguntarle a nuestros proveedores por posibles alternativas. Si es la herramienta, que puede estar contaminada y propagar estos vectores, es necesario cambiarla o probar con insumos descartables. Por último, si el operario es quien tiene dificultades, es necesario planificar una capacitación general para recordar los procesos estandarizados.
Implementar pruebas de eficacia no solo mejora la calidad y seguridad de los entornos limpios, sino que también cumple con las demandas del mercado y mantiene el bienestar ocupacional.
Pruebas de eficacia
En entornos de limpieza profesional e industrial las pruebas de eficacia son procedimientos fundamentales para asegurarse que los productos y los procedimientos utilizados cumplan con los estándares de desinfección y limpieza que el rubro demanda. Estos estándares varían de industria a industria pero estas pruebas son críticas para determinar la seguridad e integridad operativa del establecimiento.

Las pruebas de eficacia verifican la idoneidad de los productos químicos, las herramientas y los procesos de limpieza para eliminar microorganismos, residuos químicos u otros contaminantes. Para realizarlas existen muchos métodos: se puede hacer una evaluación microbiológica de las superficies para ver el antes y después de la limpieza, se puede medir la actividad residual de los desinfectantes, la resistencia a la acción de los limpiadores.
En Dumar utilizamos otro tipo de verificación que es la verificación por ATP, un método que emplea bioluminiscencia para detectar el Adenosín trifosfato, un compuesto que contienen todos los organismos vivos, por tanto, podemos evaluar si aún existen microorganismos en esa superficie. Este método es efectivo y sobre todo tiene resultados inmediatos, ya que no requiere trabajos de laboratorio.
Las pruebas de eficacia deben atenerse a cumplir con las normativas vigentes de la industria a la que pertenecen y las establecidas por las autoridades regulatorias de su zona. Los resultados de estas pruebas además deben estar correctamente documentados y registrados.
Ahora, ¿Qué hacemos si vemos que nuestros procesos no están siendo efectivos? ¿Es el producto? ¿Es el proceso? ¿Es la herramienta?. Se puede experimentar con cada uno de los factores que intervienen en el proceso para descubrir dónde está la falencia. Si es el producto químico que no es adecuado para esa superficie, entonces podemos preguntarle a nuestros proveedores por posibles alternativas. Si es la herramienta, que puede estar contaminada y propagar estos vectores, es necesario cambiarla o probar con insumos descartables. Por último, si el operario es quien tiene dificultades, es necesario planificar una capacitación general para recordar los procesos estandarizados.
Implementar pruebas de eficacia no solo mejora la calidad y seguridad de los entornos limpios, sino que también cumple con las demandas del mercado y mantiene el bienestar ocupacional.